22 ene 2012

ESTADO DE YOGA

  Al salir de las sesiones de yoga tuve la impresión de que esa calma que degustaba, seguía conmigo durante el día. 

  Comencé a darle más importancia a observar la respiración y descubrí que era el método más eficaz para estar presente. 

  Al estar presente, comencé a generar la habilidad de observar con más profundidad lo que ocurría en mi cuerpo a nivel físico, mental y emocional, para más tarde observar la forma más sutil de energía que todos somos. 

  Sigo prácticando yoga, una hora al día y mi estado físico, mental, emocional y energético, se apoya en los pilares que expreso en el libro APRENDIENDO A ESTAR FELIZ. 


 
 

COMIENZO LA PRÁCTICA DE YOGA

   Llegó a mí una tabla que había estado prácticando unos meses mi hermano Ezequiel. 

  No tenía mentor, guía o persona que dirigiera mis pasos, pero aquella tabla comenzó a ser para mí la llave hacia mi salvación, por ser la "única opción que tenía frente a mí".


  El recuerdo del estado que ví en mi hermano me alentó, pero sobre todo las inmensas ganas de vivir, de ser feliz y de sentir un poco de paz en mi pecho. 

  Comencé, con disciplina, a prácticar todos los días. Perseveré sin recoger frutos, por la sencilla razón de que quería creer que aquel camino podía darme algo de luz. Continué durante días, meses e incluso al llegar el año aun no había encontrado esa calma que tanto ansiaba. 


  La práctica no evitó que tuviese una nueva recaída, pero si me permtió vivirla sin medicación y descubrir la razón de la enfermedad que me había estado acompañando durante aquel perdiodo de mi vida. 

  Mi mente estaba demasiado sucia y mi presencia agitada, y al continuar prácticando yoga alcancé la verdad de que, la paz que encontraba en la práctica, podría acompañarme fuera de las sesiones en todo lo que hacía. Y así comencé a hacer de mi vida algo totalmente distinto, pues, no solo sané, sino que encontré ese estado de dicha que tanto nombran los grandes maestros que han despertado en esta tierra...

http://antonio-yoga.blogspot.com/

9 AÑOS DE MANIACODEPRESIÓN

  Y de pronto, todo comenzó...

  Un día desperté y al mirarme en el espejo vi a un chico de unos 40 kilos de peso, con los ojos hundidos y una gran tristeza por todo lo que le rodeaba. 


  ¿Qué estaba pasando?


  La respuesta era sencilla, la única necesidad era morir, pues, sentía un profundo malestar por todo lo que estaba pasando en el mundo, por la tristeza que invadía todo mi ser, por las desmesuradas obras de egoismo y deshumanidad que parecían estar poblando el planeta donde vivía. 


  De este estado pasé a un estado de odio muy profundo en el que quería destruir todo lo que había a mi alrededor, empezando por mi familia. 


  Fue peligrosa la postura que adoptaron mis familiares de mantenerse cerca de mi...


  Estuve nueve años, en los que se sucedieron cuatro grandes historias mentales en las que yo era un personaje distinto, y cientos de cambios de humor, conducta y actitud en la que siempre había una perdida de la realidad y una constante iniciativa por hacer cosas que siempre eres desmedidas, arriesgadas y peligrosas para mí y para los demás. 


  El psiquiátrico conoció mi presencia en tres ocasinones... Los fármacos me hicieron besar la lona, contando de cuajo toda expereiencia natural, hasta que en la última recaida pude ver en su totalidad el riesgo de mis historias y cambios de humor. 


  Fueron años de sufrimiento, fármacos, odio, adicción, locura, miedo, tristeza, pero lo peor era la desesperación de que mi vida iba a seguir siendo eso hasta mis últimos días, hasta que un día comenzé a prácticar yoga...

  

EL YOGA ENTRA EN MI VIDA

  Fue mi hermano mayor, Ezequiel, el que me hizo de referencia, con respecto a los efectos que puede llegar a tener la práctica de yoga en tu vida. 

  Lo vi muy claro cuando al interaccionar con él aquella semana, noté una reacción totalmente distinta. Percibí a un hombre en paz, sin ninguna intención de alimentar el lazo de odio y malestar que habíamos estado arrastrando tanto tiempo. 

  Aunque, yo aun no había entrado en mi senda de enfermedad, aquella imagen se me quedó grabada. Simplemente se hospedó en una parte de mi memoria y esperó allí por algún tiempo. 

  

MI HISTORIA: ERES MANIACODEPRESIVO

  Como la de todos, mi historia tiene un principio, y este comenzó cuando a los 20 añitos comencé a manifestar una serie de síntomas que fueron más tarde englobados en un transtorno de conducta bipolar, aunque estuvieron a punto de etiquetarlo como esquizofrenia. 


  Tenían muchas razones para pensar que el diagnóstico era acertado, ya que durante los siguientes nueve años seguí manifestando sintomas de la enfermedad, demostrando que era real y que seguiría con ella el resto de mi vida.

  Encontes, ocurrió...