Estamos viviendo un momento
planetario lleno de nuevos mensajes, profunda información espiritual e
interesantes propuestas para todos aquellos que aun siguen perdidos en su vida.
En este nuevo artículo te invito
a reflexionar sobre la repercusión que tiene en tu vida todo lo que piensas
desde que despiertas a un nuevo día.
Cuando uno abre los ojos y decide
levantarse de la cama, puede observar qué pensamiento es el que proyecta a su
vida en ese instante. Imaginemos que el pensamiento que te hace levantarte es
“otro día a trabajar, dios, que desastre”. Ese pensamiento te invitará a añadir
otros de frecuencia parecida, además de hacerte rechazar tu rostro cuando te
mires al espejo, despreciar las caricias que el agua regala a tu cuerpo en la
higiene y el alimento que tienes la suerte de tomar en el desayuno.
Estos y otros pensamientos
destructivos pueden hacer que tu día comience de una forma desafortunada donde
tu poder personal es enterrado y abandonado, dando lugar a una serie de
experiencias que justificaran los pensamientos destructivos y pobres que has
decidido mantener en tu mente y cargar durante el día.
Pero, ¿qué es lo que origina que
provoquemos dichos pensamientos? Pues, muy fácil, las creencias arraigadas que
tenemos en nuestro sistema de creencias, tierra fértil donde nacen los frutos o
pensamientos que nos acompañan durante los días.
Y ¿de dónde vienen las creencias
que nos hemos “creído”? Nuestro sistema de creencias se ha ido forjando desde
que nacimos, gracias a lo que hemos recibido de las personas con las que nos
hemos ido relacionando desde que nacimos.
- ¿Entonces, una persona que se haya nutrido de la creencia “En la vida hay que luchar para vivir” creerá hoy, después de 30 años, que la vida es una lucha constante?
Si aun sigue creyéndoselo, sí,
para él la vida es una lucha y una de las creencias que mueve su motor vital.
Para esta persona es lo normal, pues, dicha creencia arraigada mueve su vida a
nivel laboral, que es una parte muy grande de nuestra vida.
Una persona que crea en la
“verdad” “No te fíes ni de tu padre”, aunque no lo admita rápidamente, tendrá
relaciones tensas y llenas de lucha y desconfianza en lo que respecta a sus
relaciones íntimas. Será el motor que mueva su forma de comunicarse y liderará
sus actos mientras siga creyendo en dicha “verdad”.
Lo importante es que, tengas lo
que tengas y seas quien seas hoy, tú puedes modificar tu sistema de creencias,
limpiar la tierra que ha dado fruto a lo que vives hoy y bifurcar tu camino
vital hacia otros horizontes. Esto significa que podemos limpiar y construir un
nuevo sistema de creencias que sea tierra limpia y fértil para una nueva forma
de vivir en la tierra, la cual, está llegando y sólo podrá disfrutar aquel que
haya hecho su trabajo interior.
Te invito a comenzar a hacer tu
propio trabajo de introspección, ese en el que desentierres y encuentres las
creencias que te has creído y sobre la que apoyas tu forma de comunicarte y
existes.
La felicidad viene dada del
conocimiento sobre la forma en la que se genera dicho estado, y este, aunque
ahora no lo comprendamos, nace en la mente y su intención vital. De ahí la
importancia de crear un sistema de creencias lo suficientemente sabio como para
desarrollar una forma de vida armónica y feliz.
Cuando somos conscientes del
origen que apoya todo lo que pensamos, comunicamos y hacemos, podemos reenfocar
nuestra existencia y hacer de ella un vergel para todos los que nos rodean. Reconocer
la importancia del sistema de creencias sobre el que basamos nuestros días, nos
permitirá comprender nuestro nivel de bienestar o malestar diario, tomar nuevas
decisiones y crear nuevos hábitos con los que disfrutar de la sencillez de la
calma, la dicha de la presencia y la grandeza del agradecimiento.
- Supongo que habrá que tener en cuenta el contexto donde nos desenvolvemos. ¿Crees que es sencillo, con todo lo que está pasando, crear un nuevo enfoque que te haga feliz?
El contexto es algo que siempre
esta cambiando, al igual que las estaciones, y esto solo es algo que hay que
tener en cuenta para algunas cosas, pero, que no debe afectar a tu nuevo
sistema de creencias.
Cuando uno “sabe que la vida le
da siempre lo que necesita” o “comprende la dicha que le proporciona respirar
de forma consciente” está apoyando su vida en dos creencias con un ancho de
banda lo suficientemente amplio como para apoyar la actitud de sonreír, te
generar pensamientos secundarios positivos, de hablar de forma correcta y
amorosa y de aceptar que su vida es de sumo valor para todos los que le rodean.
Independientemente de la estación, situación personal o estado de salud, la
vida de esa persona se proyectará de forma distinta a la de otra que crea en
“no hay suficiente para todos” o “la felicidad es algo que está fuera de mi
control”.
Tú eliges el sistema de creencias cobre el que apoyas tu vida, elige
bien hermano del alma, para hacer de tu vida algo, armónico, tranquilo y bello,
permitiendo así que la luz del amor que eres se mezcle en todo lo que proyectes
mentalmente, comuniques y hagas.